El país vasco es testigo de la amenaza paramilitar en Colombia

Durante el mes de octubre, en distintas ciudades del país vasco, se han realizado charlas, videoproyecciones y conferencias acerca de la situación de degradación de los derechos humanos que aqueja las comunidades y movimientos sociales de Colombia, en parte, por el avance del paramilitarismo y el auge de los megaproyectos minero energéticos y de desarrollo que engendran corrupción, pobreza y desazón en los territorios y por otro lado, debido al abandono estatal.

En el país vasco, las ciudades de Irún, Ermua, Azpetia Iruñea, Donostia y Bilbao han acogido los sentires y denuncias de miles de familias colombianas que resisten a un modelo político-económico basado en la apropiación por despojo.

Estos encuentros han sido importantes espacios de visibilización de la precaria situación humanitaria que viven varias regiones del país sudamericano. El Komité de Solidaridad Internazionalistak del país vasco, un histórico proceso que reúne militancias solidarias con los pueblos de América Latina y África, coordinó las reuniones para presentar al público vasco el balance de la “Caravana Humanitaria Por la Vida, la Paz y la Permanencia en el Territorio”, un ejercicio de solidaridad impulsado y coordinado por la Red de Hermandad y Solidaridad con Colombia (REDHER).

La Caravana humanitaria se desarrolló entre julio y agosto del 2024 y recorrió cinco regiones del país. Fueron 187 caravanistas de 14 nacionalidades que fueron sido testigos – a lo largo de un mes de visita a las comunidades del oriente Antioqueño, del sur de Bolívar, de Arauca, del Chocó y del Cauca – del avance de los grupos paramilitares y de los proyectos de las empresas multinacionales que despojan y amenazan a las comunidades que se oponen y resisten permaneciendo en el territorio.

Durante los eventos llevados a cabo en el país vasco, miembros de organizaciones sociales, jurídicas y de comunicación que participaron de la Caravana estuvieron presentes para plantear de viva voz la importancia de mantener una articulación entre los movimientos internacionalistas; la necesidad de mantener los ojos puestos en Colombia y sobre todo de acercar realidades, por más distancia que nos separe, al tratarse de una misma lucha.

La reflexión de estos encuentros giró en torno a preguntas que buscaron agitar la conciencia del público y provocar así reacciones acerca de la responsabilidad de los gobiernos, de los Estados y de las empresas multinacionales europeas en la disputa territorial que aqueja los territorios colombianos. Sin lugar a duda, el consumo y los ostentosos modos de vida fueron temas de discusión, al tratarse de privilegios que argumentan el mantenimiento del sistema colonización que han vivido los países del sur global.

En modo de conclusión, estos eventos fueron espacios de intercambio y las discusiones arrojaron un sentimiento de indignación entre el público y provocó distintas reflexiones sobre la importancia de internacionalizar la lucha que se lleva localmente en contra de estas mismas empresa y enfocar los esfuerzos en alinear agendas.