14/02/2019. EDWIN DORIA
Llegué a Hidroituango navegando a pie sobre las tibias cenizas del Rio Cauca, que se resiste a morir de la mano violenta del Espanto de Hidroituango.
En la travesía solo me acompañaban las entristecidas noche del desastre ecologico y humano ocasionado por el Espanto que cabalga con miles muerte de hombres, mujeres y diversas especies vegetales y animales; desde Antioquia hasta la
Mojana sucreña y la depresión Momposina.
Cuentan los anfibios pobladores que aun resisten, que el Espanto de Hidroituango de crimenes impunes, tiene su origen en la Antioquia feudal de las postrimeria del siglo XX y está hecho de EPM (Empresarios-Politicos-Mercenarios)
Este falso mito, según los mismos pobladores, hace su aparición, coicidencialmete desde que se fragua el macabro plan de asesinar el Rio Cauca y en su reemplazo construir la Represa de Ituango.
El Espanto pasa como una sombra complice sobre las narices de autioridades civiles, militares y religiosas y pasea como lo hiciere Pedro por su casa en la rivera del Rio Cauca y parte del Magdalena, sin que nadie lo notase, generando hambruna, sequia, deforestacion, muertes violentas, desaplazamiento forzado desapariciones a moradores y opositores al siniestro Plan.
Durante mi presencia en la agonia del Rio Cauca observaba, como de las grietas de las rocas, de las bovedas hechas de escombro, tierra y lodo putrefacto, salian almas en pena a unirse con otras victimas provenientes de las masacres del Aro, la Granja, Ituango a continuar luchando junto con gente de carne y hueso contra el Espanto de Hidroituango, que en un acto desesperado intenta mientras dormimos limpiar la memoria del Rio Cauca.
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