por ALBA Movimientos · 6 junio, 2019
El caso de Julian Gil es una muestra de la inexistencia de estado de derecho en Colombia, a los cerca de mil presos políticos que existen en la actualidad hay que sumarle los más de 700 asesinatos a líderes y lideresas sociales, contabilizados desde la firma de los Acuerdos de Paz en 2016. La criminalización y la persecución a los movimientos populares es agenda diaria para el gobierno de Iván Duque, fiel representante de las más recalcitrante derecha colombiana, asociada con el paramilitarismo, los negocios ilícitos y la peor estrechez ideológica que se haya visto en todo el continente Nuestroamericano.
El día miércoles 6 de junio de 2018, fue detenido el secretario técnico y miembro de la comisión internacional del Congreso de los Pueblos, Julián Andrés Gil Reyes. Hoy a un año de su detención un juez decide mantener la medida de aseguramiento en su contra. Sin tener pruebas y en una estrategia que constituye un montaje judicial el régimen colombiano sigue negándole su libertad.
Desde el momento que Julián fue privado de su libertad, la Fiscalía lo señaló de participar en la colocación de artefactos explosivos, contra la infraestructura eléctrica, en una acción adelantada por el ELN. Sin acusar Rebelión, se presentaron cargos de receptación, transporte y tráfico de explosivos y porte de armas; basándose exclusivamente en el testimonio de una persona que recibiría beneficios jurídicos por su declaración. Utilizan como “informante” a quien fuera su compañero de universidad, con el fin de propinar un “falso positivo judicial”. Paralelo a esto, Julián ha sido presentado como culpable ante los medios de comunicación, y su caso ha sido relacionado con otros hechos que no están vinculados a la causa, violando de esta forma su derecho a la presunción de inocencia.
Julián Andrés Gil Reyes estará privado de la libertad hasta que se revoquen las medidas de aseguramiento intramural o su inocencia sea comprobada en juicio como ha pasado en otros casos de líderes sociales encarcelados sin pruebas materiales. Desde el 21 de junio se encuentra en la cárcel de la Picota ERON, pabellón de máxima seguridad. Durante su detención ha sido víctima de hostigamientos y tratos crueles e inhumanos.
El trabajo del compañero Julián es crucial para el sostenimiento cotidiano de su movimiento. Es un líder comprometido con los procesos juveniles y barriales. Actor fundamental en la construcción de propuestas de formación desde la educación popular. A nivel internacional participa del Capitulo Colombia del ALBA Movimientos y fue parte de la secretaria internacional de la plataforma juvenil internacional Juventud en Lucha.
Su destacado liderazgo social lo ha puesto en la mira de quienes, en Colombia, están en contra de la Paz. La persecución política, la criminalización de la protesta y el asesinato de líderes sociales en Colombia son un drama para toda Nuestra América.
Resulta contradictorio que en el contexto de implementación de los acuerdos de paz el Estado colombiano no tenga la capacidad, ni la voluntad de proteger la labor de las personas que dedican su vida a la construcción de paz.
Desde ALBA Movimientos denunciamos la detención de Julián Gil como un montaje judicial y un ataque contra los movimientos sociales y sus organizaciones. Es una estrategia de persecución sistemática a los líderes sociales en Colombia perpetuada por la Fiscalía, el Gobierno Nacional en cabeza del presidente Iván Duque y sus Fuerzas represivas.
Exigimos garantías del debido proceso y la presunción de inocencia.
Julián Gil debe recobrar su libertad de manera inmediata.
No más persecución a las y los líderes y lideresas sociales en Colombia
No más presos políticos
Por Paz con Justicia social
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