Entrevista con Marylen Serna

En este entrevista conversamos sobre la posición y la perspectiva de las mujeres campesinas en el movimiento con una lideresa campesina y vocera del Congreso de los Pueblos, Marylen Serna.

Durante la quinta asamblea nacional de la Coordinador Nacional Agrario, en un contexto donde las mujeres campesinas, indígenas y negras llevaron el tema de las mujeres más adelante en varias mesas y debates de asamblea, introdujeron la asamblea de las mujeres, y la campaña “Permanecer y Defender el territorio sin Violencia Contra las Mujeres” conversamos con Marylen Serna. Marylen Serna, como una mujer campesina y una luchadora del movimiento campesino desde su región Cajibio, Cauca. Nosotros reclamamos al estado que reconozca el campesinado con sus formas económicas, con sus organizativas, su pensamiento, su identidad, porque esto nos hace nosotros también un sujeto político.” y agregó “el campesino ha sido muy marginalizado, yo de niña, de trece-catorce años yo salí del campo a la ciudad, y la gente me trataba muy mal por ser una mujer campesina. Entonces, uno va desarrollando uno miedo, uno complejo. Pues lo que nos ha pasado a las mujeres que estamos en este proceso, que hemos levantado la cabeza”.

REDHER: ¿Cómo es la experiencia de ser una mujer en la lucha campesina?
Marylen Serna: Nosotros luchamos, hombres y mujeres para que el campesinado colombiano tenga una vida digna. Esa inspiración nace pues de nuestra vida en el campo, de un gran esfuerza, pero a la vez de unas malas condiciones de vida. En este sentido las mujeres hemos sufrido mucho la exclusión política, las malas condiciones económicos, las violaciones de nuestros derechos. Y que justamente allí en estos puntos lo que más hemos sufrido, es donde nosotras hacemos nuestro aporte. Por ejemplo, un papel fundamental de la mujer es defender el derecho a la alimentación. Donde la mujer más sufre, porque no tiene como garantizar a su familia en esa situación. La mujer campesina es en gran medida la responsable de garantizar la alimentación de su familia. No solamente prepararla, sino también de cultivar, de recuperar la semillas, de conservar las tradiciones alimenticias.
En segundo lugar, es la lucha por la toma de las decisiones. La mujer hace gran aporte en el trabajo, en el esfuerzo, pero es muy excluida de la toma de decisiones desde su hogar hasta la institucionalidad. Una de las luchas de las mujeres es poder ganarnos la igualdad en la toma de decisiones, que se escuchen nuestra voz, que la tengan en cuenta. Pero, tenemos que ir más allá, frente al gobierno nacional, como las mujeres somos capaces a través de la lucha, de la organización y de la movilización. (Mujeres) pueden estar en una mesa de negociación con el gobierno, pueden participar con los puntos específicos como mujeres para una nueva política por ejemplo.
Y la otra lucha importante es que se debe reconocer a las mujeres en el marco de movimiento social. La inmensa mayoría de las personas que conforman los movimientos sociales somos mujeres. Y sin embargo, en las direcciones de las organizaciones, la inmensa mayoría son compañeros. La idea no es ponernos a pelear con ellos por eso. La idea es fortalecer nosotras de tal manera que puedan haber suficientes mujeres cualificadas, propositivas, decididas, a ser parte también desde la dirección de las organizaciones. Porque estar en la dirección de una organización significa que sus propuestas pueden llegar hasta políticas de parte del estado.
Ser mujer campesina es difícil, porque el campesinado ha sido muy excluido de la vida del país. Ser campesino en muchos casos es ser visto como algo inferior, hay un rechazo, una discriminación contra el campesinado. Entonces la primera barrera nos toca superar es el reconocimiento del campesinado. Que seamos reconocidos y valorados campesinos, y ademas de eso que las mujeres campesinas seamos valoradas.

REDHER: ¿Cuales son las dificultades en particular que las mujeres campesinas se enfrentan en la organización y resistencia, y cómo pueden superarlas?
M.S.: La primera dificultad está en superar las barreras en la casa, en la familia, donde se dice la mujer debe estar en el hogar, la mujer es para el espacio privado, una mujer no está formada para irse a un espacio publico ¿Cómo nuestros compañeros, nuestros hijos, nuestros padres aceptan que las mujeres salgamos de hogar, que dejemos la cocina, que dejemos el aseo, que dejemos toda estas labores cotidianas para irnos una organización comunitaria, para ir a la minga, para ir a movilización, para ir hablar en otras instancias?
La segunda dificultad está en nosotras mismas, en la inseguridad que nos da esta discriminación es histórica, y es decir “yo no soy capaz, lo que yo digo no es importante, de pronto estoy equivocada, de pronto estoy ofendiendo los compañeros por el hecho de ocupar un lugar, lo estoy quitando la silla a mi compañero, a líder de la comunidad”. Entonces, nos toca a nosotras mismas de decir “tengo iguales derechos, tengo las mismas capacidades, tengo las mismas posibilidades”, y cerrar los ojos ante esta barrera cultural, hasta religiosa, para dar ese salto hace el espacio publico. Y hacerlo con tranquilidad, con seguridad, con entusiasmo, hacerlo bien, sin miedo…
Y una tercera dificultad es el tema de las políticas, las políticas excluyentes de las necesidades de las mujeres. Nos toca empezar por pensarnos cual es nuestra situación como mujeres, cuáles son nuestras problemáticas, pero también cuáles son nuestras propuestas.
¿Cómo se supera esto? Para mi, hay una palabra mágica: organización, colectividad… Una mujer sola no puede superar esta situación, necesariamente hay que hacer alianzas con la familia, hay que hacer alianzas con la comunidad, hay que hacer alianzas con otras organizaciones. Tiene que ser de manera organizado, primero. En segunda lugar: conocer los derechos. Nosotras tenemos que saber como mujeres tenemos unos derechos que nos dar no solamente la constitución de un país, sino el hecho mismo de seres humanas, de ser mujeres, que tenemos unos derechos. Y tercero: participar. No es suficiente con que yo me organice, no es suficiente con que yo sepa mis derechos, ademas de esto yo tengo que construir unas propuestas, llevar estas propuestas donde están los espacios de decisión. Participar, incidir, interlocutor, dialogar, buscar escenarios, gestar espacios… todo esto es lo que tenemos hacer.

REDHER: ¿Cómo es la percepción de las mujeres campesinas sobre los temas del machismo y feminismo, y desde este perspectiva, que tipo de organización y progreso desean ellas?
M.S.: Para mi, el patriarcado, el machismo, todo estos son problemas estructurales, el mismo estado ha construido y ha cementado una estructura patriarcal, la misma, la jerarquía eclesiástica esta estructurada de esta manera, la educación… hay una serie de estructuras de sociedad que están organizadas de una manera donde la mujer no puede participar. Nosotras quisiéramos, que no tuviéramos que empezar a gestar confrontaciones con los compañeros. Porque nosotros somos parte de lo mismo pueblo, y tenemos los mismos problemas. Pero nos hemos visto la necesidad de tener que formar organizaciones de mujeres para poder posicionarnos, para poder posicionar nuestras propuestas y poder ganar espacios, al interior de nuestros organizaciones, de movimiento social. Nos ha tocado ir gestando nuestros propios espacios, reflexionar, construir modelos de vida, modelos de economía, modelos donde la mujer juega un papel preponderante para poder ir equilibrando un poco las fuerzas.
Yo no considero que  hay una disputa entre hombres y mujeres, pero sí debe haber una correlación de fuerzas mas similar para que las mujeres seamos reconocidas. Eso en la población campesina es muy fuerte, porque la mujer campesina has sido creada para tener hijos, según nuestra cultura campesina, nosotras debemos ser madres, debemos ser esposas, debemos ser hijas, debemos ser hermanas… y la ultima palabra es ser usted misma. En nuestra estructura también está el machismo. Entonces nosotras mismas tenemos que romper ese esquema y decir a nuestros hijos, a nuestros compañeros, hay que forjar nuevas relaciones, que permiten ir construyendo una nueva sociedad con unos nuevos valores.

REDHER: ¿Ustedes cómo se consideran el feminismo en relación con todo esto?
M.S.: Pues aquí hay muchos discusiones alrededor de feminismo, no? Digamos que… no soy muy feminista. Yo creo más bien en que hombres y mujeres debemos desarrollar relaciones de mucho mayor equilibrio. Yo comparto que como las mujeres, debemos generar nuestros propios espacios para ir ganando este equilibrio y esta correlación de fuerza, digamos al interior de las relaciones y al interior de la sociedad. Sin embargo, me cuesta mucho pensar que las mujeres a través de estas inspecciones organizativas podamos entrar a confrontar a nuestros compañeros. Creo que a veces hay una mala comprensión de feminismo; y veces hay movimientos feministas son muy agresivos con los compañeros. Pues, yo creo que el camino es que tanto ellos como nosotras tenemos que superar estos patrones culturales que nos hacen que haya un poder sobre el otro. Hay que superarlo. Pero no solamente hemos superarlo nosotras, sino que ellos también deben hacer sus procesos de formación, de ir creando sus nuevas valores, sus nuevas relaciones.

REDHER: ¿Cómo es el rol particular de las mujeres campesinas en la transformación de la vida, suponiendo las temas de paz, economía propia y justicia social?
M.S.: Yo creo que nosotras tenemos un elemento que es muy importante, es el tema de territorio, la defensa del nuestro territorio, poder construir este territorio desde la mirada de las mujeres, el tema de la producción, el tema de la economía, cómo nosotras trabajamos estos elementos en clave de la paz. El aporte que las mujeres hacemos a la paz tiene que ver con ir gestando sus nuevos modelos de vida desde el territorios.
Yo considero que las mujeres somos muy perseverantes, muy insistentes, muy comprometidas… Y yo creo que las mujeres le aportamos a una nueva sociedad, un nuevo contexto social y político, la democracia, poder construir mas colectivamente, poder fortalecer las practicas comunitarias, todos estos un aporte que nosotras hacemos a la paz para una nueva sociedad.

REDHER: ¿En este sentido las mujeres campesinas tienen un papel diferente que las mujeres urbanas?
M.S.: Sí! Las mujeres campesinas, menos que las mujeres indígenas, conservamos todavía un sentido mas comunitario, el arraigo de la tierra, el amor por la tierra, por la semilla, la protección del agua, la vida misma… Nosotras ser gestoras de vida nos dar una sensibilidad especial de poder defender este territorio. Pero creo que el elemento de la colectividad es una cosa que nos diferencia de las  mujeres urbanas. Porque nosotras estamos menos permeadas por el individualismo, el consumismo y el capitalismo. En la ciudad la gente esta más preocupada por la subsistencia, por poder comer todo los días, la televisión copta la gente, hay una vida mucho más individual, hay menos comunicaciones en la comunidad. El tejido social, estas relaciones, esta historia de la familia de la comunidad es mucho mas arraigado en el campo.

REDHER: en relación con la campaña de las mujeres de la CNA están haciendo, por ejemplo, hay cuatros rostros en el afiche, la mujer indígena, negra, campesina y también una urbana… Entonces hay una lucha en común, o no? En el centro hay la misma…
M.S.: … la misma problemática, hay las mismas perspectivas, pero cada una lo desarrolla en su territorio y cada una lo desarrolla desde su identidad. Cada una lee su situaciones su problemática desde su contexto de vida. Pero hay una cosa muy valiosa, y eso es encontrar los puntos de acuerdo, los puntos comunes. Y el punto en común es la defensa de los derechos de las mujeres, de derecho a la no violencia!

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