Saludos a la X Conferencia Nacional Guerrillera
Compañeras y compañeros
Delegadas y delegados a la X Conferencia Nacional Guerrillera de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia Ejército del Pueblo – Farc– Ep
Reciban un saludo de resistencia y poder popular, del Congreso de los Pueblos de Colombia.
Terminan Ustedes su X Conferencia en la que ratifican los Acuerdos de La Habana para entrar en una nueva fase de lucha política legal por la paz y el socialismo. Bienvenidas y bienvenidos a este escenario en el cual muchas comunidades y organizaciones desarrollamos nuestra vida; les recibimos con la convicción de que sus horizontes coincidirán con los nuestros y con la expectativa de escuchar sus propuestas.
Consideramos que la fase que se inicia será al mismo tiempo un nuevo momento de la construcción de la paz con justicia social y de la profundización de la lucha por transformaciones políticas y socio-económicas que permitan más democracia, más movilización y organización popular, más vida digna para nuestros pueblos. Consideramos que las cuatro tareas más urgentes que se avecinan en ese sentido –y en las cuales con seguridad nos encontraremos con Ustedes y con muchos otros actores sociales y políticos alternativos– son las siguientes:
1. Reconstruir la unidad política del campo popular teniendo como eje la unidad de las izquierdas y sectores democráticos, hoy dispersas en varias convergencias, y por tanto debilitadas. La unidad de las expresiones socio-políticas que hemos emergido en estos años de lucha contra el proyectoreaccionario de la oligarquía y por la conquista de la solución política al conflicto armado. Nos referimos a la necesaria unidad entre la Marcha Patriótica, el Congreso de los Pueblos, los grupos étnicos Indígenas y Afros, la Cumbre Agraria, los sectores sociales – populares, y las expresiones políticas como el Polo Democrático Alternativo, La Unión Patriótica, Progresistas y sectores de los partidos tradicionales que tengan vocación de poder y paz. Esta apuesta unitaria no dudamos en llamar Proceso Constituyente Popular. Este proceso de abajo necesita expresarse unitariamente; un bloque político popular donde converjamos es posible y urgente.
2. La segunda tarea es reconstruir las formas de lucha del movimiento social. Un nuevo sindicalismo, una nueva organización comunal y popular, una nueva organización de la juventud y las estudiantes, vienen buscando cómo consolidarse. Tenemos el deber de aportar a esa reconstrucción, ampliando la experiencia reciente de las organizaciones campesinas, negras e indígenas, que en torno de la autonomía territorial, los gobiernos alternativos y las economías propias hemos ido marcando un camino de acumulación organizativa y política.
3. La tercera tarea, más inmediata, es conjugar la implementación de los acuerdos de La Habana con la participación protagónica de la sociedad –sobre todo de los sectores populares– en el proceso de negociación del gobierno con el Eln. Tenemos la convicción de que se trata de dos tareas que se deben juntar, para impedir que el gobierno incumpla sus compromisos. Los sectores populares debemos tener una participación con decisión en las regiones y a nivel nacional en las instancias y mecanismos de participación que prevén los Acuerdos de La Habana; esta tarea es convergente con la de participar en el Gran Diálogo Nacional que impulsa la Mesa Social por la Paz, y que contribuye a hacer realidad la agenda acordada entre el gobierno y el Eln. La unidad que necesitamos debemos concretarla en la práctica.
4. Finalmente, urge un programa unificado para enfrentar la ofensiva neoliberal del gobierno y que puede truncar el camino de transición a la democracia al que le apuesta este proceso de paz. Las transformaciones necesarias para la paz son ese programa, que ya tiene forma en el Pliego de la Cumbre Agraria, en las propuestas que ustedes presentaron en La Habana y que han quedado como salvedades por resolver, y en la agenda que diversas organizaciones populares consideramos que deben ser abordadas en el Diálogo Nacional. Pensamos que un programa de este tipo unificará no solo a nuestros procesos socio-políticos, sino a miles de luchas que se vienen dando en el país contra el neoliberalismo extractivista y despojador. La terminación del conflicto armado con la insurgencia de las Farc debe ser un paso inicial en la construcción de la paz y de un país con vida digna, y al lado del cumplimiento e implementación de los Acuerdos de La Habana afirmamos sin dudar: ¡vamos por más!
¡Sí a la refrendación de los Acuerdos de La Habana!
¡Sí a la participación protagónica de los pueblos en el Diálogo Nacional y en los
Diálogos de Quito!
¡Sí a la unidad popular!
¡Venimos por más!
¡Vamos por más!
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