Desalojos y violencia policial

El Peri贸dico de Arag贸n-Espacio 3.

Comit茅 de Solidaridad Internacionalista de Zaragoza
24/06/2020

Despu茅s de m谩s de tres meses de confinamiento, diferentes protestas fueron convocadas el pasado 15 de junio en toda Colombia. En Bogot谩, bajo la consigna El encierro no nos calla. Por una vida digna contra el terrorismo de Estado, una de las marchas parti贸 desde la localidad de Ciudad Bol铆var.

La pandemia del coronavirus ha golpeado con especial sa帽a los barrios populares del sur de la capital. El confinamiento obligatorio afecta especialmente a la econom铆a informal que da empleo a cerca del 50% de la poblaci贸n del pa铆s, que ha visto c贸mo no puede salir a las calles a buscarse el sustento diario con normalidad.

La poblaci贸n disconforme con la ayuda de emergencia, que no acaba de llegar, saca banderas rojas a las ventanas para reclamar auxilio a un Gobierno que est谩 m谩s pendiente de dictar medidas que favorecen a bancos y grandes empresas, y de comprar armamento de control de masas por m谩s de dos millones de d贸lares durante la pandemia.

Dentro de la propia localidad de Ciudad Bol铆var, un caso paradigm谩tico ha sido el de Altos de la Estancia, un asentamiento ilegal en el que la nueva alcaldesa de Bogot谩, que tom贸 posesi贸n de su cargo el pasado mes de enero, decidi贸 aprovechar la pandemia para desalojar forzosamente a estos pobladores por ocupar este terreno destinado a parque. Centenares de personas, familias enteras, han sido desahuciadas desde mayo por la polic铆a antidisturbios, que ha hecho uso de una violencia desproporcionada y ha ocasionado un alto desprestigio de la pol铆tica del partido de Los Verdes.

Los pobladores fueron estigmatizados, acusados de favorecer las pr谩cticas de los tierreros (mafias organizadas para la ocupaci贸n de terrenos) y de microtr谩fico de drogas. Adem谩s, se pretend铆an justificar los desalojos por el car谩cter inestable del suelo, que puede dar lugar a corrimientos de tierras.

Lo cierto es que, desde el mes de mayo, muchos de estos habitantes, a los que la publicidad institucional les instaba a quedarse en casa, tal como ordenan diferentes decretos presidenciales y de la propia alcald铆a, han terminado durmiendo a la intemperie en una ciudad a 2.630 metros de altura, y en plena pandemia. Los ofrecimientos de las autoridades, e incluso las tutelas ganadas por alguna de las pobladoras, no se han cumplido, y el malestar entre ellos es enorme.

Este asentamiento es un ejemplo m谩s de c贸mo crecieron Bogot谩 y otras ciudades colombianas: con el 茅xodo rural de campesinos llegados all铆 tras el abandono de sus tierras, muchos de ellos desplazados por el conflicto interno colombiano, pero que no han encontrado un lugar en la urbe para emprender un proyecto de vida.

Por eso, entre los que marchaban el 15 de junio se encontraba un numeroso grupo de estos antiguos campesinos, que caminaron 20 kil贸metros hasta el centro de Bogot谩, reclamando un plan de alimentaci贸n, salud integral, trabajo digno y vivienda para las comunidades. Un agotador recorrido con el agravante de no tener una casa a la que regresar a dormir, y que se desarroll贸 sin incidentes hasta el Museo Nacional, donde se uni贸 a otra marcha del Proceso de Comunidades Negras (PNC), convocada 芦contra el racismo y el genocidio del pueblo negro禄.

En esta otra convocatoria se denunciaba especialmente la muerte violenta a manos de la polic铆a de los afrodescendientes Anderson Arboleda, Estela Valencia Murillo y Janner Garc铆a Palomino durante este periodo de confinamiento.

La manifestaci贸n, que discurr铆a de manera pac铆fica, e incluso festiva, con la animaci贸n de los bailes y m煤sica del PCN, pretend铆a continuar su recorrido con una marcha de antorchas hasta la plaza de Bol铆var. Pero fue disuelta violentamente por la Polic铆a, al mando de Claudia L贸pez. En Colombia, los alcaldes ostentan las competencias de seguridad en las ciudades. Por eso, a lo largo del d铆a, se hab铆an dirigido mensajes a la alcaldesa para que permitiera discurrir la marcha de manera pac铆fica.

Debajo de la Torre Colpatria, el rascacielos m谩s emblem谩tico de la ciudad, dos cordones de la Polic铆a bloquearon el frente y la trasera de los manifestantes. Y cuando estos pretend铆an retirarse del cerco policial, bajo la protecci贸n de una cadena humana de equipos de derechos humanos, los mandos ordenaron disolver a la fuerza a los manifestantes, atacando a estos equipos y a la prensa.

Entre los heridos se encuentra el periodista Jos茅 Cariuhuasari Ramos, que recibi贸 una patada directa de un polic铆a cuando yac铆a en el suelo, tumbado de espaldas, sujetando su material de trabajo. Ese d铆a hubo unos cien detenidos por participar en las diferentes manifestaciones de Bogot谩. Todos ellos fueron liberados con posterioridad sin cargos.

La alcaldesa de la capital colombiana, y el presidente Iv谩n Duque, llamaron v谩ndalos a los manifestantes. Una acusaci贸n respondida por la activista de derechos humanos, premio Goldman y reci茅n elegida presidenta del Consejo Nacional de Paz. 芦No somos v谩ndalos, somos seres humanos cansados del racismo estructural que nos asfixia y asesina todos los d铆as禄.

La irrupci贸n de la pandemia expone la precariedad de un pa铆s que mantiene en exclusi贸n a millones de sus ciudadanos, al margen de cualquier proyecto de inclusi贸n real, fuera de una sociedad altamente estratificada y que, como se le铆a en alguna de las pancartas, ahora afronta el tenaz dilema y temor de 芦morir de covid o de hambre禄.

Deja una respuesta

Tu direcci贸n de correo electr贸nico no ser谩 publicada. Los campos obligatorios est谩n marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende c贸mo se procesan los datos de tus comentarios.